Animecream

Visualmente presentan una serie de acción con algo de drama de entorno oscuro y catastrófico, se desarrolla en una ciudad demoníaca donde el epicentro se ubica a las afueras de Tokio. Adornadas con inclusiones algo perturbadoras y crudas, acompañado con escenas de violencia y batallas sobrenaturales libradas contra seres demoníacos.

Lo primero que se destaca de la serie es la esencia de la época, representado en asociaciones criminales organizadas, la influencia de la cultura china y un rico apartado de elementos y temáticas de artes marciales, en una obra repleta de peleas y personajes muy interesantes que encarnan dicho entorno con toques de drama y violencia explícita.

El estudio Sunrise apostó mucho por este anime para que fuera la gran insignia de esta saga en el nuevo milenio incluso con un diseño visual muy singular pero lamentablemente El excesivo drama y las temáticas casi telenovelesca baratas echaron a perder el concepto al que se le ha puesto mucho en esta década.

Siendo la continuación de la primera temporada intentan revelar todos los misterios que habían quedado en esta, aumentando la sensación de vacío existencial, y creando mini arcos y sagas en función del protagonista y del resto de personajes que se involucraron en la historia, pero al mismo tiempo la hacían ambigua utilizando ese escenario de oscuridad e intentando crear un agregado psicológico.

Un futuro distópico donde las posiciones se definen por clases sociales y genéticas, se cuenta una historia de amor ambiguo repleto de sentimientos muy humanos desplegando grandes escenas de acción y ciencia ficción, una de las más grandes obras de Yaoi que se hayan adaptado al anime.

Una animación muy descuidada y deforme que se presta para contar este tipo de historias cargadas con un gran contenido humorístico algo fuerte, descarado y negro, y en cierta forma se podría plantear como las desventuras de un par de niños a manos del desgraciado de su padre.

Su punto más sobresaliente es como presentan la estética cyberpunk futurista visto a través de la década de los 80, una animación muy fluida, historias que se vuelven muy interesantes, desenvueltas en función de la vida de muchos personajes y relacionados con las protagonistas, adicionando una excelente propuesta city pop musical y efectos audiovisuales muy bien desarrollados.

Siguiente con esa clase de humor decadente, llegamos a la cima de estas tendencias, en una misma obra se agrupan todas las clases de humor negro y de todos los colores existentes, en una obra que lleva lo políticamente incorrecto a rozar con el exceso explícito continuo.

Una serie que intenta ser algo pastel, pero también intenta ser sobrenatural, y por momentos desviarse hacia la ciencia ficción intentando proyectar una especie del Matrix del más allá, pretende fortalecerse a base de skins de personajes prefabricados, donde sobresalen los bonitos diseños que son muy atractivos y que lo hacen un anime muy comercial, y por último intentan justificar todos esos vicios.

Lo primero que sobre sale es su animación muy particular llena de de trazos casi rudimentarios y con colores fuertes utilizándolo para deformar un poco la animación cuando se convierte en explícita y también grotesca, contando una historia casi sobrenatural con elementos muy japoneses y folklóricos dando pie a un romance muy extraño.