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En especial la tendencia de este año nos llevó a presenciar el nacimiento de muchas obras que planteaban la inserción en mundos digitales pero sin lugar a duda Digimon fue la gran revolución, en tantos sentidos que simplemente es brillante, incluso con el problema de la limitación de la animación lograron crear buenos efectos y sin abusar tan en exceso de la animación por computadora.

Las óperas espaciales fueron muy refritas en los 90's en particular Capitán Tylor que quiso darle un toque de parodia y comedia, hasta ese momento se convertía en la más grande referencia de este género. El centro del argumento se basaba en la ambigüedad del personaje principal puesto que al mismo tiempo era genial o simplemente no se enteraba de nada.

Una serie transmitida por Animax, una nueva versión para la franquicia nacida en los 80 incluyendo personajes atractivos y situaciones auto conclusivas y con una narrativa progresiva haciéndola una historia muy entretenida de ver. Una forma diferente de usar robots en entornos heroicos y de ficción.

Recreando un robusto entorno fantástico, nos presentan una historia en torno a un abismo misterioso en el cual se pueden encontrar vestigios de una cultura desconocida, al mismo tiempo unas leyes que escapan de la realidad sumergiéndonos en un mundo mágico misterioso e incluso aterrador, donde el último destino es el más peligroso: el centro de ese misterioso abismo.

Cómo continuación de la primera temporada se enfoca un poco más en presentar nuevos enemigos, dónde sobresalen las batallas de robots mágicos, y la aparición de nuevos villanos, llevando una vez más a la ciudad de Zéfiro al borde de la destrucción, y las únicas que pueden salvarlo son precisamente las legendarias guerreras mágicas.

Desde el primer capítulo se puede ver que la historia carece de una profundidad argumental a la cual intenta fortalecer con escenas crudas y explícitas, por el camino se vuelve interesante al incluir nuevos personajes y el descubrimiento de un panorama postapocalíptico, en calidad de remanente a estas historias experimentales de los 90.

Como en cada año y temporada siempre hay una serie que intenta mantener una estética sobrenatural de misterio, y este es el caso de este anime, cómo era de esperarse tienen como centro las historias y dramas de personajes que han dejado cuentas pendientes y que en esta parada van a tener que reivindicarse y rendir cuentas.

Uno de sus fuertes es el temario sobrenatural el cual se presta para incluir personajes acordes a la historia, por otro lado la inusual relación entre los protagonistas exaltando algunos toques muy remarcados de fanservice para hacer la serie muy entretenida, también incluyen algunos de esos de acción que la hacen aún más robusta.

Posiblemente uno de los primeros animes pasteles o que al menos marcaba esa tendencia, uno de los más emblemáticos mahō shōjo, de arte ultra kawaii y elementos cancerígenos encubiertos, pero hay que abonarle que después de la mitad de la historia la trama se vuelve robusta e interesante, y su nivel aumenta paulatinamente.

Desde el inicio se presenta como una historia de fanservice barato del mundo inserción de videojuegos y unas cuantas pretensiones más, Pero vale apuntar que se vuelve entretenida la forma más barata posible que los capítulos se hacen lo suficientemente disfrutable como para no abandonarla, por momentos se desvía y por otros tomar rumbo pero para hacer una obra de entretenimiento barato es muy recomendable.